El Capitán Alonso de Mendoza fundó la ciudad de La Paz un 20 de octubre de 1548 con el nombre de “Nuestra Señora de La Paz”, en memoria de la conclusión de las guerras civiles del Virreinato cerca del valle de Chuquiago.
A 463 años de ese acontecimiento se convirtió en crisol de la bolivianidad. referente de nuestro país a nivel mundial y dentro del territorio es la cabeza histórica e impulsora del desarrollo.
La doble fundación de Nuestra Señora de La Paz
La ciudad de La Paz fue fundada durante dos veces en sitios diferentes, pues la doble fundación, se refiere a la Constitución Hispánica de Villa de los Conquistadores.
Los datos de esa época indican que luego de la sangrienta guerra civil que ponía en duda las determinaciones del lejano rey español, sobre el reparto de las encomiendas.
Chuquiapu Marka (Heredad de Oro), comenzó su vida en estas tierras, cuando el Presidente de la Audiencia de Charcas, el sacerdote Pedro de la Gasca, dispuso la fundación de un “Pueblo Nuevo”, entre Potosí y Cusco, además de pacificar la contienda entre “pizarristas” y “almagristas”, y conmemorar la conclusión de la contienda entre los mismos españoles, misión que le fue encargada a Alonso de Mendoza, capitán de la milicia del rey.
Es así que, conformaron un total de once comisionados, quienes llegaron a la aldea de la población de Laja, que contaba y cuenta con una iglesia católica y fue el día 20 DE OCTUBRE DE 1548, donde suscribieron la primera acta de fundación. La villa de La Paz, que debía presidir la provincia del Collao (la comisión estuvo encabezada por el capitán Alonso de Mendoza).
Al día siguiente, los españoles continuaron camino hasta llegar a la hoy Ceja de El Alto, descendiendo hacia una quebrada, (hoy el centro de la ciudad), donde estaba el poblado indígena, hospedándose en el tambo del cacique Kirkincha, para continuar el 23 DE OCTUBRE DE 1548, cruzaron el río Choqueyapu (sembradío de oro o arena aurífera), y reuniéndose otra vez, en un cabildo, nuevamente suscribieron la segunda fundación de la ciudad en calidad de asiento provisional, entretanto se encontrara un lugar más apropiado.
Como parte de la pacificación, fue la leyenda que rodea al escudo “Los discordes en concordia en paz y amor se juntaron y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria”, aunque irónicamente los conflictos no cesarían hasta nuestros días.
DATOS CURIOSOS
Como datos curiosos, está el matrimonio de la Riva-Sansoles, justamente se refiere a Juan de la Riva, cuyo nombre lleva una calle de la ciudad actualmente, ¿pero qué mérito hizo este ciudadano para semejante honor?, pues regaló terrenos a los religiosos jesuitas y agustinos para que construyan sus conventos. Pero a la muerte de la Riva, su esposa Lucrecia se fue a Lima, fundó un convento y se convirtió en monja, hasta concluir su vida.
PRIMER TEMPLO
El primer templo construido, fue de San Pedro a lado del tambo del Inca Huayna, que luego tomó el nombre de San Sebastián en la zona de Churubamba.
ALUMBRADO PÚBLICO
Datos fehacientes, indican que del intendente Fernando de la Sota por 1796 y con gran criterio para su época introdujo el alumbrado en la ciudad de La Paz, mediante faroles de velas en la zona central y en algunas calles importantes como la Plaza Mayor, que contaba con ocho faroles, dos por cuadra.
Los libros cuentan que los faroles de hierro forjado, colocado sobre brazos del mismo metal o de madera y empotrados en los muros. La industria de velas era en ese momento una de las más florecientes, por el uso diario en los hogares como en los lugares públicos.
PASEO DE LA ALAMEDA
También habrá que recordar a Sánchez Lima, que pese a la constante confrontación antes del grito libertario de La Paz del 16 de julio 1809, del grupos de patriotas, encabezado por Pedro Domingo Murillo, decidió crear la Avenida Alameda (16 de julio, hoy El Prado), y el puente de Chuquiaguillo carretera a Obrajes.
La revolución del 16 de julio de 1809, posterior a la Sucre-Chuquisaca 25 de mayo de 1809 (Bicentenario 2009), por la que efectivamente Murillo y sus compañeros se apoderaron del poder local, derrocando al Intendente y al Obispo, gesta recordada hasta nuestros días, no sólo fue eso, pues incluyó en este movimiento rebelde la quema de los documentos de deudas y tributos en la plaza pública y el llamado a los indios y negros para apoyar la insurrección. Murillo era considerado por algunos un pusilánime y para otros un hábil maquiavelista revolucionario.(Por: Mario Daza / EL DIARIO)